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El mejor Amiga que debe uno adquirir es uno que esté... ¡completo! es decir, que tenga sus disquettes con el sistema operativo (el Workbench) y sus manuales.
Con un Amiga que tenga sus discos de arranque del sistema y sus instrucciones tardarás lo que se tarda en estornudar en saber manejarte para un uso básico, vamos, saber copiar ficheros de un lado para otro y cosas sencillitas.
Con ese conocimiento, en menos de un par de días todas esas dudas aparentemente irresolubles sobre qué versión de ROM tienes, cuanta memoria tienes y cuanta te hace falta para tal o cual cosa, pasan a ser risibles
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En ese punto, si tu Amiga es un 1200, ya sabrás cómo hacer con toda tranquilidad un disquette de arranque que incluya los ficheros necesarios para funcionar con WHDLoad y que incluya los drivers para acceder a una Compact Flash externa a traves de un adaptador por el puerto PCMCIA (¡2 duros!)
Así podrás arrancar tu 1200 desde ese disquette y jugar a todos los juegos WHDLoad que te quepan en una tarjeta CF. Eer, vale, no, todos no. Con los 2 MB de memoria que trae un A1200 de fábrica no funcionarán el 100% de los juegos WHDLoad (juegos adaptados para superar las incompatibilidades entre los distintos modelos de Amiga que te encontrarás en una página que no podemos enlazar aquí por ser piratona, pero encontrarás gogleando en 2 minutos) pero sí los suficientes para estar jugando horas y horas... y luego unas cuantas horas más...
..las suficientes horas para saber si, al final de todo, el Amiga es un sistema que te atraiga de verdad tanto como para hacer las inversiones de "palabras mayores", las que sí que son un pastón y sólo compensarán a los amigueros dedicados, las aceleradoras con ampliaciones de memoria, los dicos duros internos, los scan doublers, los chips con kickstarts 3.1... y todo eso.
Knowledge is power!
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