
¿QUIÉN DICE QUE LOS MUSEOS SON ABURRIDOS?
No hay nada más divertido que traducir un idioma eslavo
Wrocław (Breslavia en castellano, aunque poca gente sigue traduciendo a nuestro idioma el nombre de la ciudad) es una población a caballo entre Polonia y Alemania: fundada por polacos, estuvo muchos años bajo dominación alemana, motivo por el que Manfred von Richthofen, el Barón Rojo, nació aquí, y por el que Alois Alzheimer, el descubridor de la enfermedad, trabajó en su universidad. Michał Lisiecki, del Muzeum Gry i Komputery Minionej Ery (literalmente, Museo de Juegos y Computadores de la Época Pasada) tiene la amabilidad de responder al cuestionario de nuestro enviado especial, Jesús Navarro Hernández.
Imágenes cortesía de Jesús Navarro Hernández. Entrevista realizada durante el mes de agosto de 2023.
¿Dónde está el museo?
Estamos en Wrocław, en Dworzec Świebodzki, que es la antigua estación central de tren, construida en el siglo XIX. Estamos pegados al casco histórico, a diez minutos andando de la preciosa plaza mayor [Rynek], así que sugerimos a los turistas que hagan de nuestro museo una cita ineludible cuando pasean por la ciudad.
¿Cuándo abrió?
En septiembre de 2017, así que pronto haremos seis años.

Uno de los responsables del museo que nos sirvió de guía durante la visita
¿Qué tenéis expuesto?
Nuestro motor ha sido siempre el deseo de compartir nuestra pasión por los ordenadores, las consolas y los videojuegos clásicos con tanta gente como sea posible, ¡queremos contagiarlos por lo menos con un poquitín de nuestro entusiasmo! Y nuestro objetivo es unir la historia de los videojuegos con la informática, inseparables como son, mostrándolas una al lado de la otra. Así que, en nuestro museo, los visitantes pueden admirar una amplia panoplia de objetos únicos, que están dentro de las vitrinas, y al mismo tiempo usarlos e interactuar con ellos, lo que es aún más importante. Tenemos unos cincuenta equipos que se pueden utilizar, entre ordenadores, consolas y máquinas recreativas.

Enseñar e interactuar son los verbos que mejor conjugan nuestros amigos de la Baja Silesia
En la sección de ordenadores tenemos ejemplares de los más importantes ordenadores domésticos de primera hornada, los más populares fabricados por Commodore, Atari o Sinclair, pero también otros menos comunes como el Commodore SX-64 de 1984, el IBM 5150 (el primer PC) y algún Robotron (un ordenador de 8 bits muy bien diseñado, de la República Democrática Alemana). También tenemos una exposición muy interesante dedicada a los ordenadores de Apple, que es posible gracias a nuestros amigos de appleclub.pl
La parte de consolas, por su lado, incluye una amplia gama de aparatos clásicos, desde los de la década de 1970 a los de finales de la de 1990. Uno de los objetos más notables es la preciosa Magnavox Odyssey de 1972, la primera consola de la historia, con todos sus complementos (cartas, dados, overlays…). También tenemos otros equipos anteriores al crash [de 1983], como la Intellivision, la Fairchild Channel F o la Phillips Videopac, así como una selección de pongs de varios países. En la sección de portátiles puedes seguir la evolución de estos dispositivos, desde los primeros juegos portátiles electromecánicos a las consolas de los ochenta y los noventa. Puedes comparar, porque las tenemos unas al lado de las otras, las Game & Watch de Nintendo con sus equivalentes soviéticos de Elektronika.
Y también tenemos una zona dedicada a Elwro, la empresa polaca radicada en Wrocław que ya fabricaba ordenadores en la década de 1960. En su cartera incluían grandes mainframes, como la serie Odra, ordenadores domésticos de 8 bits y una amplia variedad de equipos electrónicos.

Chismes de Elwro, que junto a los de Unipolbrit/Timex son los santos griales que debemos buscar si viajamos a Polonia
Pero, ¿qué equipos en concreto tenéis para que la gente trastee con ellos?
Por supuesto, los ordenadores más importantes no son los que tenemos en vitrinas, sino los que pueden utilizar los visitantes, los que están encendidos, los que están vivos, disponibles para que la gente se siente delante de ellos y los use como antiguamente. La sección interactiva del museo incluye los equipos más populares en los años 80 y 90 en Polonia, desde la Atari 2600 (y tenemos un clon taiwanés de la 2600 que se llama Rambo), a los Commodore 64, Atari 65XE, Amiga 500 o la Pegasus, que era una famiclón muy común en Polonia y que sirvió para expandir la afición a los videojuegos aquí.
También tenemos, por supuesto, otros sistemas que eran muy populares en todo el mundo, como la Mega Drive, la NES, la SNES, la Nintendo 64, la Game Cube o la PlayStation, y otras un poco más raras como la Vectrex. Y como guinda, un par de PCs con varios clásicos de esa plataforma, y varios muebles arcade.
¿El museo ha crecido desde que lo abristeis, o tenéis el mismo espacio desde 2007? De hecho, ¿tenéis posibilidad de expandiros en el sitio en el que estáis, o tendríais que mudaros si ampliáis la base expositiva?
Desde que abrimos hemos ampliado tanto la exposición como el espacio, añadiendo una sala adicional en la que tenemos, entre otras cosas, la colección de Apple, lo que supuso un incremento de un 25% sobre la superficie original. En estos momentos estamos contentos con el área de que disponemos, aunque podríamos ampliarla y de hecho tenemos algunas ideas para nuevas colecciones y expositores.

Igual que los cerveceros saben pedir su bebida favorita en cualquier idioma, nosotros debemos saber que gry es la palabra para videojuegos en polaco (singular, gra). Esta es la entrada del Muzeum
Entiendo, entonces, que la colección sigue creciendo, que seguís adquiriendo nuevos objetos…
Sí, claro, aún hay un montón de elementos que merece la pena añadir a la colección, y seguro que lo haremos cuando tengamos oportunidad. A veces son compras planeadas, como la que estamos desarrollando para ampliar la sección de recreativas, mientras que en otras ocasiones aparece una oportunidad inesperada que te permite adquirir algo único, como uno de los primeros modelos de Commodore PET que encontramos hace tiempo, o un regalo de un visitante, como una colección de Elwro que nos dio uno un ingeniero que trabajó allí.
¿Qué horarios tenéis, cuándo abrís? ¿Cuál es la mejor época para visitaros? ¿Cómo es mejor ir al museo?
A lo largo del año funcionamos seis días a la semana y cerramos los lunes, que es cuando hacemos el mantenimiento de los equipos y los reparamos. En época de vacaciones tenemos más visitantes, así que también abrimos los lunes, aunque lo ideal es que los que quieran venir comprueben antes en Google Maps o en nuestra página web si estamos abiertos. Para que puede acceder más público, el museo funciona ahora mismo con visitas cerradas: cada sesión empieza a las horas impares y dura una hora y cuarenta y cinco minutos, así que es mejor planificarlo antes de venir. Recomendamos comprar las entradas anticipadas en nuestra página, sobre todo los domingos, que es cuando viene más gente.
Como estamos tan cerca del centro, la plaza mayor es el mejor punto de referencia: desde allí se tarda diez minutos andando, así que puedes ver el casco histórico de Wrocław, que es precioso, y luego pasarte por aquí a ver las colecciones y jugar un rato. ¡A mí me parece un plan perfecto!
¿Cuál es la mayor atracción del museo?
Creo que cada visitante te diría una cosa diferente, pero es cierto que hay varias máquinas y juegos que son más populares: la máquina de Indy 500 con su cockpit, el Duck Hunt con la Zapper, una partida a Metal Slug a dobles, una carrera en Mario Kart 64 entre varios jugadores, el Jungle Beat de Donkey Kong con los bongos, que atrae inmediatamente a niños y adultos…
¿Qué tipo de visitantes tenéis? ¿Es más común ver hombres de mediana edad, chicas y chicos jóvenes, excursiones de colegios…? ¿Se lo pasan bien los millennials en vuestras instalaciones?
¡El estereotipo de que los visitantes son tíos de mediana edad no se cumple en absoluto! El público es de todo tipo, jóvenes, mayores, alumnos de colegios… Pero lo más habitual son familias, y es muy gratificante ver a los padres enseñar a sus hijos cómo eran los ordenadores y los juegos de su infancia. Los niños reaccionan muy bien cuando se enfrentan a videojuegos clásicos. Hay algo en las mecánicas más sencillas de esos juegos que siempre atrae a los chavales, sean de la generación que sean, algo que les engancha a pesar de que los gráficos sean simples, algo que apela a la más íntima esencia del gaming. Y ese algo primordial es la diversión, y así será siempre. La diversión es universal, independientemente de si eres una zoomer, un boomer o un millennial.